Dice JOHN ELDON SMITH, ajusticiado.
Con raparme una pierna y la cabeza,
dieron paso a la corriente
achicharrante,
y previendo caminara con torpeza,
ayudóme hacia la silla un vigilante;
previniendo el error mortificante,
me aplicaron dos mil voltios por tres
veces
dos minutos; con que causa hubo con
creces
a que muerto me juzgara un
practicante.
Dice el poeta
El sadismo de las crueles
descripciones
estimula en los diarios al lector,
que impotente y dominado no es señor
de una vida que carece de emociones;
con la muerte, las ofrecen a
montones,
y él evita doloroso aburrimiento
contemplando el ajeno sufrimiento
al abrigo, en el calor de los
salones.
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