dice antonio briva miravent, obispo
El aborto es moralmente un homicidio,
y, el Gobierno que lo admita,
condenable;
es incluso volteriano deicidio,
pues alberga el feto al Dios
innominable;
es privarlo de una alma, que
incansable
entonara, si la dejan, en el cielo,
con trompeta, clavecín o violoncelo,
Pange lingua, por la vida perdurable.
Dice el poeta
Dicen otros que castráis luego a ese
niño
que nonato ha merecido vuestro
amparo;
que, crecido, cesa pronto ese cariño,
y aplaudís en guerra muera de un
disparo;
o que coma en la miseria el pan
amaro,
o que llore reprimido adolescente,
o lo ahogue en soledad villanamente
ley y orden que aceptasteis sin
reparo.
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