Exige incansable franca delación
Caín, vivo en todos los que de armamentos
mantienen industria y a la producción
de armas aplican los raros talentos;
y en ellas comercian, y en la
destrucción,
y apoyan bélicas las economías
y, de ambos bloques, caras guerras
frías,
y en ellos defienden falsa disuasión.
Dice el poeta
Caramba, qué raro, antes los cañones
ungíais solemnes, con agua lustral,
y al nipón diezmaron raras
explosiones,
sin que lo execrara la voz clerical;
claro que, amarillo era aquel corral,
y su lengua ajena, pura algarabía,
devotos de un Buda, mala raza impía,
su irredenta muerte, corriente,
banal.
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