Recientemente se ha visto — un virus nuevo en la China
que ya ha matado a un montón — y los que aún se avecinan.
Se atribuye a un murciélago — esta enorme escabechina,
mas yo me digo intrigado — parece una anomalía
que hayamos siempre vivido — en compañía pacífica
que ya ha matado a un montón — y los que aún se avecinan.
Se atribuye a un murciélago — esta enorme escabechina,
mas yo me digo intrigado — parece una anomalía
que hayamos siempre vivido — en compañía pacífica
y de pronto sin razón — el tal virus nos transmitan.
¿Por qué lo hacen ahora — cuando antes no lo hacían?
¿Por qué lo hacen ahora — cuando antes no lo hacían?
1017 ya han muerto — y 42000 peligran
a causa de esta pandemia — cual de la nada surgida.
La OMS con sede en Roma—pandemia la califica
porque ya ha contagiado—a gente fuera de China.
También le han dado otro nombre, —de Wuhan la neumonía.
Un mercado de mariscos—fue el punto de partida,
la hipótesis más probable—que se maneja hoy en día.
En la dieta de los chinos —se dice que predominan
toda una suerte de especies—aún poco conocidas
quizá agentes del mal—que se nos echa hoy encima.
Sin querer ser mal pensado,—la cosa da mala espina
cuando en cuenta se toma—las alarmantes noticias
que nos llegan de otras fuentes—al parecer anodinas.
Allá por los años sesenta—la Thatcher dicen decía
que se murieran los negros—de África nos convendría
para a la población creciente—de Europa darle cabida.
Ya mucho antes que ella—estando en la Guerra Fría
del Occidente y la Rusia—que en gran peligro ponía
amenazando otra guerra—caliente ésta y destructiva,
lo sugiriera allá en Londres—la figura conocida
de Bertrand Russell inglés;—se descubriese, pedía
un virus que acabase—con la gente en demasía,
entiéndase del Tercer Mundo—que desbocada crecía.
Muy más reciente otro inglés—que el Brexit defendía,
la misma idea apoyaba,—tal remedio proponía
para bajar la población—que aumenta sin medida
y si nadie la contiene—sabe Dios lo que vendría.
A este ritmo actual—dicen las estadísticas,
dentro de muy pocos años—escaseará la comida
porque no habrá suficiente—ante esta desmedida
llegada de nueva gente—a una Tierra finita.
El candidato en los USA— Bernie Sanders, socialista,
ha reprochado a los pobres—la descendencia excesiva
porque no quieren tomar—las medidas preventivas
para evitar embarazos—que tal exceso impidan
de población en naciones—desarrolladas y ricas.
Ante tales precedentes—y lo que ellos implican
es fácil atribuir—lo que sucede en la China
a mano negra perversa—y criminal y maligna.
Pensar que fue intencionada—la plaga que se echa encima
y ha de causar muchas bajas—si alguien no la domina.
No me digáis paranoico—que imagina tonterías,
pues conocéis el refrán:— después de una crecida,
río que en su cauce suena, —lleva agua en demasía.
Y la guerra comercial—entre los USA y la China.
Por ver quien es el más fuerte—y quien el mundo domina.
Dios nos coja confesados,—como el antiguo decía.
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