martes, 4 de febrero de 2020

LGTB, las nuevas costumbres.


¿Qué pensaremos de aquellos —que elegir sexo defienden
como se elige corbata —en los grandes almacenes?
Ya una rareza no son —y en los USA aparecen
padres que dan a sus hijos —fármacos e ingredientes
que la pubertad retrasan —y en la niñez los mantienen
para que puedan más tarde —decantarse libremente
(tales son sus argumentos —eso dicen que pretenden)
por el sexo que prefieran —y que más les interese.
Como aquellos cristianos —que el bautizo difieren
hasta que ya son adulos —y las canas aparecen.
El no hacerlo de ese modo, —aquellos padres sostienen
frente a sus adversarios, —tiene el inconveniente
de mantener a los hijos —en un sexo que no quieren
aunque la Naturaleza —pensado lo ha diferente.
La libre elección del sexo —al individuo compete.
Si has nacido varón —pero ser hembra prefieres
acudes a un cirujano —para que el asunto arregle
y una vagina provea —donde antes hubiera un pene
o un órgano viril  —si del otro sexo eres.
Tales milagros ocurren —cuando la Ciencia interviene,
pues Natura es imperfecta —y enmendarle conviene
la plana que ha escrito —solo atendiendo a los genes
sin que le importe una higa —lo que el individuo piense.
Todo el mundo es creador —puede hacer lo que le pete,
transformar machos en hembras —o hembras en otros seres
que el capricho les dicta —o la moda les sugiere
contra concierto y natura —le pese a quien le pese.
Bendita sea la Ciencia —que tales prodigios puede.
Nos igualamos a Dios, —ya levantamos Babeles
sin temor a que las lenguas —se confundan y entremezclen.
Ya rechazamos los límites, —ya no somos diferentes
los varones de las hembras, —y los pocos que disienten
de lo que dicta la moda —o que la Ciencia sugiere
aun siendo el mayor absurdo —que imaginar se pudiere,
son retrasados y ‘carcas’, —ignorantes, pobres gentes
que empecinados se empeñan —en ir contra la corriente.
Ya se imponen los debates —que únicamente conciernen
a una estricta minoría —de los sociales agentes,
bisexuales, transgénero, —lesbianas y otras sandeces
que se quiere hacer pasar —por progreso y ‘moderneces’.
Tan solo una minoría —de infelices burgueses
que no se aceptan cual son —y a disgusto se sienten
en la piel con que han nacido —y transformarla pretenden.
Transgenerismo lo llaman —los que el absurdo defienden.

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