Si antes del
Big Bang existía un vacío cuántico fluctuante, ese vacío existía en el tiempo y
dado que si dijéramos que no había existido siempre, que había tenido un
comienzo, nos veríamos en la necesidad de explicar cómo había surgido él,
llegaríamos a la consecuencia de que ese vacío es eterno, ha estado siempre
ahí, y puesto que fluctúa en el tiempo, también el tiempo ha existido siempre,
ha estado siempre ahí. El tiempo es eterno, contemporáneo de Dios. Llegados
aquí nos damos cuenta de que el universo múltiple es posible. Si nuestro
universo surgió de una fluctuación anómala del vacío, esa fluctuación anómala
no tiene por qué haber sido la única, ha podido haber otras, cada una de ellas
dando lugar a un universo diferente, a un Big Bang diferente. Resumen, el vacío
y el tiempo son eternos y los universos están naciendo continuamente. Todo esto
parte de la premisa de que el Big Bang nuestro surgió de una fluctuación
anómala de un vacío cuántico preexistente.
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