dice palemón alvares, obispo
y reivindique un puesto laboral,
porque al fin soy clérigo y con él
comulgo
en que hay que ganar por fuerza un
jornal;
en el paraíso aquel terrenal,
fue del justo Dios tal la maldición,
cuando la pareja cayó en tentación
y comió la poma del Bien y del Mal.
Dice el poeta
Por éso talasteis allá en las Molucas
del feliz indígena, el árbol del pan,
ya que os desmentía doctrinas caducas
al vivir dichoso sin diario afán.
¿Cómo tolerar que el real Adán
holgara y comiera y fuera inocente,
y creara un dios amable y riente,
y sobrara inútil vuestro capellán?
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