DICE MARTA LYNCH, escritora, a la muerte de Cortázar.
Ha perdido la Argentina hoy un
maestro
que fue uno de sus grandes
escritores;
en la lengua de Cervantes sabio y
diestro,
nunca exceso le prodiguen de loores.
Sobresale como pocos narradores,
excelente en su simple ser humano,
y rescata del olvido americano
que se hallaba aquel lunfardo en
estertores.
Dice el poeta
Vaya culo glamoroso el de esta tía
que en vaivén va por la acera vuelto
el ceño,
al mirarla el alto pecho se me
enfría,
porque afluye a aquel que holgado va
cenceño;
a que ponga la vil carne en el
empeño,
me levanta de la sangre el mal
hervor,
que aquel tal, ardiente crica, es
asador
del que holgara, atravesado, por ser
dueño.
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